arquitectura


Arquitectura se puede definir según su etimología de la siguiente manera:

Arquitectura» proviene del griego «αρχ», cuyo significado es «jefe\a, quien tiene el mando», y de «τεκτων», es decir «constructor o carpintero». Así, para los antiguos griegos el arquitecto es el jefe o el capataz de la construcción y la arquitectura es la técnica o el arte de quien realiza el proyecto y dirige la construcción del edificio y las estructuras, ya que, para los antiguos griegos, la palabra «Τεχνη (techne)» significa saber hacer alguna cosa”
- (http://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura)-

El simple relego de la definición de arquitectura a esos términos, seria reducir la expresión y potencial que dicha disciplina/expresión ha llegado a adquirir a medida que ha evolucionado. La definición etimológica todavía es una que no termina de expresar enteramente la naturaleza de la palabra arquitectura, debido a que esta profundamente enraizada con la cultura de su tiempo. 

Personalmente, me adhiero a la idea de que la arquitectura esta fuertemente ligada a sus parámetros físicos tanto como abstractos, así como también al proceso matemático, artístico, e intangible que lleva a su concepción y creación. En esencia, yo defino la arquitectura como una dualidad arte/ciencia que comprende el proceso de comprensión, descomposición, y reconfiguracion de los elementos de un sitio, en un tiempo y usuario específico con miras a satisfacer las necesidades habitables de dicho usuario.

De esta manera, no se puede definir a la arquitectura como algo perenne, es casi una entidad viva que va evolucionando junto con la humanidad. Es esta cualidad que le da cierta dualidad a la arquitectura (ciencia/arte), ya que las ciencias son estáticas y no evolucionan, cambien con descubrimientos; en cambio el arte si evoluciona a lado de la humanidad. Por eso, a medida que la humanidad progresa, surgen nuevas definiciones que se van relacionando en su tiempo y espacio. Dichas definiciones aportan a un concepto primordial, y a pesar de que muchos de esos conceptos no son tan fehacientes a nuestra contemporaneidad, no se puede de ninguna manera descartar su aporte a la acumulación colectiva en miras a definir este concepto. 

Sin embargo, su naturaleza científica la enraíza y limita a ciertas nociones que jamás pueden pasar desapercibidas en ningún concepto, tal y como la acota Adolf Loos “La obra de arte de sitúa en el mundo sin que exista exigencia alguna que la obligase a nacer. La casa cubre una exigencia” ("Arquitectura", 1910), expresando de esta manera su eterna subyugación a las necesidades de estar del usuario. A pesar de esto, una obra arquitectónica no puede ser definida como tal si no consta con cierta esencia artística, esta esencia esta ahí para nutrir el ser de la persona, de esta manera la dualidad de la arquitectura logra satisfacer las necesidades biológicas (estar), y psicológicas (ser) del ser humano lo cual podría ser considerado su fin.


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